Sombras

 "La figura de la sombra personifica todo lo que el sujeto no reconoce y lo que, sin embargo, una y otra vez le fuerza, directa o indirectamente, así por ejemplo, rasgos de carácter de valor inferior y demás tendencias irreconciliables" C. G. Jung.

Según la psicología analítica de Jung, la sombra es definida como la totalidad del inconsciente (aquello que cae fuera de la consciencia). Así mismo, el yo consciente no reconoce estos aspectos como propios.

Por lo tanto la sombra, la parte oculta de nuestra psique, resulta de la suma de todas las condiciones, personales y colectivas, que no son asumidas conscientemente a causa del impedimento de la personalidad predominante. Un yo desautorizado (¡y desconocido!)

Es decir, mientras aquellos impulsos más primitivos se mantengan ocultos, será imposible evolucionar en el sentido más profundo. Jung defiende su revelación y puesta en contexto para la aceptación y consiguiente superación.

"Desafortunadamente no puede haber ninguna duda de que el hombre es, en general, menos bueno de lo que se imagina de sí mismo o quiere ser. Todo el mundo tiene una sombra, y cuanto más oculta está de la vida consciente del individuo, más negra y densa es. En todo caso, es uno de nuestros peores obstáculos, puesto que frustra nuestras intenciones más bien intencionadas" Jung.

Algunos de los ejemplos más claros de esa personalidad oculta y reprimida que todos tenemos serían dimensiones tales como la rabia, violencia, envidia, odio... miedos, traumas del pasado, decepciones, sueños frustrados... Mas no siempre se trata de facetas negativas, incluso podría escaparse de la esfera de lo bueno y lo malo.

"La sombra es (...) aquella personalidad oculta, reprimida, casi siempre de valor inferior y culpable que extiende sus últimas ramificaciones hasta el reino de los presentimientos animales y abarca, así, todo el aspecto histórico del inconsciente (...). Si hasta el presente se era de la opinión de que la sombra humana es la fuente de todo mal, ahora se puede descubrir en una investigación más precisa que en el hombre inconsciente justamente la sombra no sólo consiste en tendencias moralmente desechables, sino que muestra también una serie de cualidades buenas, a saber, instintos normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a la realidad, impulsos creadores, etc." Jung

Y, en la misma línea: "La contraposición de lo luminoso y lo bueno, por un lado, y de lo oscuro y malo, por otro, quedó abandonada abiertamente a su conflicto en cuanto Cristo representa al bien sin más, y el opositor de Cristo, el Diablo, representa el mal. Esta oposición es propiamente el verdadero problema universal, que aún no ha sido resuelto."

Por consiguiente, el reconocimiento de la sombra consiste en reunificar, equilibrar y aceptar. Si esto no es llevado a cabo, los aspectos que definan la propia sombra se verán reprimidos u omitidos, por lo que degenerará en una revuelta contra lo mismo que se pretende eliminar. "Lo que niegas te somete, lo que aceptas, te transforma"

En conclusión, si queremos evolucionar (y se trata de un paso de gigante), debemos "sacar a la luz esas sombras". Se trata de un acto de valentía, al tener que adentrarse uno mismo en sus pesadillas. ¡Pero no hay nada tan valioso como la libertad! Mediante un ejercicio de observación y aceptación (como la meditación, como ejemplo útil) podremos realizarnos al cien por cien logrando integrar el completo de nuestro ser en la vida diaria.


Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad 
- C. G. Jung




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